Nuestra Evolución
Cuando hablamos del siglo XXI, inmediatamente nos vienen a la mente ideas como tecnología, Internet, racionalidad científica, la sociedad del conocimiento, entre otros, y otra realidad asociada a ello, es que están cambiando a un ritmo sin precedentes.
Podemos decir que es el siglo del saber. El saber cambia el mundo, y nuestro mundo está cambiando a la velocidad de los saberes nuevos.
En la sociedad del conocimiento, la ciencia y la tecnología van conquistando los distintos ámbitos que comprenden la vida. Transformando nuestro modo de pensar, de sentir, y de actuar como aspectos fundamentales de lo cognitivo, lo axiológico y lo motor, dimensiones esenciales del hombre. Sumado a esto, nos encontramos con que los oficios de la sociedad del conocimiento tienen un creciente contenido técnico y cada vez es mayor el número de ocupaciones de alta tecnología. Cada día las competencias que exige la sociedad son más exigentes, ya no es suficiente hablar de una profesión como Ingeniero o Administrador, sino que se exigirán unas competencias que cambiarán su perfil, para hacerlo apto al competitivo y exigente mundo global.
La actividad comercial y las industrias del siglo XXI más que dinámicas, son cambiantes. Las industrias dinámicas de la sociedad del conocimiento son las industrias de la inteligencia: la biotecnología, la informática, la microelectrónica, las telecomunicaciones, la robótica, entre otras son las actividades bandera del nuevo siglo. Pero también es un hecho inalienable que estas industrias dependen de un nuevo factor de producción: se llama el conocimiento. En la sociedad del conocimiento el valor agregado ya no proviene de los factores clásicos de producción "tierra, capital y trabajo": viene de la tecnología antes que todo. El profesional del siglo XXI debe estar familiarizado con esta tecnología, ya que forma parte de su haber de conocimiento, forma parte de su vida.
Eileen López Madrid.
VIII semestre de Admón de Empresas
Luis amigó
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